Traslados aeropuerto y ciudad de Valencia

Sin embargo, la época más oscura de Valentia fue cuando la peste negra asoló y diezmó la ciudad, llevándola al borde de la destrucción. Aún así, tras el periodo de oscuridad, sufrimiento y muerte, una nueva esperanza revigorizó la ciudad. El comercio con la República de Génova introdujo la morera blanca y dio lugar a importantes innovaciones en las técnicas de fabricación de la seda. Gracias a ello, comenzó la Edad de Oro valenciana, que permitió que la cultura, la economía y las artes prosperaran y se desarrollaran libremente. ¡Y todo gracias a Génova y a su seda! Por eso, cuando la visite, descubrirá que muchos de los lugares emblemáticos de Valencia -como la Lonja de la Seda, las Torres de Serranos o el Micalet- tienen su origen en este periodo de la historia. Tras el fin del Siglo de Oro, la región se vio desgarrada por años de guerras y luchas internas. Fue, una vez más, la industria de la seda la que sacó a Valentia de sus rodillas en el siglo XVIII. Siguió siendo la columna vertebral de la fortaleza de la ciudad hasta el siglo XX, cuando finalmente se permitió que la industria de la seda se retirara y fue sustituida por la industrialización a gran escala y la mecanización de otros productos. Aún hoy, los valencianos recuerdan lo importante que fue la seda en su historia, y lo celebran en el Museo de la Seda situado en la Escuela Superior de Arte Mayor de la Seda. Sin embargo, debido a los tumultuosos acontecimientos del siglo XX, como las dos Guerras Mundiales y la Guerra Civil española, Valencia sufrió mucho. Pero al igual que tras la epidemia de peste negra, se reconstruye aún más fuerte y espera una nueva Edad de Oro.En lugar de la seda, esta vez Valencia está en auge gracias al turismo. Sólo la fiesta de las Fallas, aclamada por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, atrae a millones de visitantes, ¡y no es el único festival o convención que se celebra en Valencia! La ciudad está ocupada todo el año. Gran parte de su actividad se debe a los Casal faller, barrios que organizan fiestas para recaudar fondos y eventos que ayudan a preparar la fiesta de la Falla. Cada Casal faller elabora un monumento – falla – que se quema durante la fiesta ¡en una enorme hoguera comunitaria! Muchos de estos monumentos se financian gracias a los restaurantes que sirven paella, el emblemático plato valenciano. Este plato de arroz es delicioso y probablemente el sabor español más conocido en el mundo. Sin embargo, si le gusta su paella local, debe visitar Valencia absolutamente – incluso los españoles la consideran LA cocina valenciana, y sólo allí encontrará las encarnaciones más auténticas, más refinadas y simplemente mejores de este plato. ¿Dónde? Esto es lo más maravilloso del asunto – cada fallero del Casal tiene su propio giro en la fórmula, igual que cada abuela hace su cocina únicamente suya.